Entradas populares
22 ene 2011
En el elefante todo es tan desmesurado como admirable. Considerado uno de los animales más grandes sobre la tierra, puede alcanzar una talla cercana a los cuatro metros de altura y un peso de aproximadamente seis mil 500 kilos.
La evolución los emparenta en línea directa con mastodontes, matutes, entre las más de 300 especies de proboscidos, que son los mamíferos ungulados con trompa prensil, surgidos a partir de mediados del mioceno, hace 16 millones de años.
Su extraordinaria capacidad de adaptación le hace superior a otros grandes mamíferos como hipopótamos y rinocerontes, ligados a hábitats muy concretos. A los elefantes se les puede ver en áreas del oeste africano, junto al océano Atlántico y también por encima de los tres mil 500 metros en el Kilimanjaro. Pueblan con igual gusto despejadas sabanas, pantanales, que resecas estepas.
A pesar de su venerable figura, los investigadores del reino animal creen que el origen de esta criatura está en un mamífero fitófago —que se alimenta de vegetales— más o menos del tamaño de un cerdo, que vivió en zonas pantanosas hace unos 65 millones de años. Contando con que sus descendientes hallaron como método de supervivencia el aumento de su talla y un fortalecimiento mandibular significativo.
Se les desarrolló un órgano que les permitió agarrar y tocar, acceder a la comida y defenderse. Así nació la trompa, el más increíble invento de la historia animal.
Formada por más de mil músculos, la trompa permite a los elefantes tomar con delicadeza el más pequeño fruto del bosque, aunque también puede ser una infalible y brutal maza o el amigable brazo que se posa sobre el compañero o pareja.
Este apéndice está dotado de capacidad olfativa, pero también es utilizado como depósito, bomba absorbente, aspersor. Según refiere la literatura acerca de este animal, la trompa cuenta con una capacidad de nueve litros y es decisiva en la comunicación de esta especie.
Los movimientos corporales y la potente voz que le escuchamos no son la única manera que tienen para comunicarse entre sí, se sirven de infrasonidos —sonidos muy graves— que viajan decenas de kilómetros, los cuales resultan ser tan fuertes que crean un eco sísmico, es decir, producen en el terreno leves vibraciones que hacen el recorrido por el resto de la manada de paquidermos.
Sus patadas y grave voz hacen vibrar el suelo
Entre los últimos descubrimientos biológicos realizados sobre el estudio de ese aspecto del comportamiento de los elefantes, destaca el que se refiere a una, hasta hace poco desconocida, forma de comunicarse entre sí, que se relaciona con esta capacidad de desencadenar vibraciones sísmicas, sentir el retumbar del suelo cuando uno de sus ejemplares camina por las proximidades.
El asunto no es novedad en el campo biológico. Se ha comprobado que especies tan diferentes como focas, peces, reptiles e incluso ciertos insectos lo utilizan. Pero el método de los elefantes es más sofisticado y alcanza hasta una distancia de alrededor de 150 kilómetros.
Se sirven de esas señales para expresar situaciones determinadas: peligro, saludos, presencia de agua o comida y diferentes estados de ánimo, como pueden ser miedo y rabia. Se sospecha que el receptor de estas señales está en las uñas, la trompa o en ambas a la vez, que las trasmiten a través de los sistemas óseos y nervioso hasta el cerebro.
Símbolo y mito para innumerables culturas y religiones, estos venerables seres atraviesan tiempos difíciles, pues va disminuyendo su número. Son perseguidos desde antaño por el marfil de sus colmillos, lo que trae consigo un alerta al hombre ante la extinción de los colosos de la sabana.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(Atom)
Interesante
ResponderEliminar